EL BUEN TUTOR

La figura del tutor es un punto clave en la formación del alumno, puesto que este es la figura clave de su educación. El tutor es el encargado de orientar y asesorar al alumno, además de encauzar sus demandas e inquietudes, y mediar entre los alumnos, y el equipo directivo. Por estos motivos, en clase hemos establecido una serie de características fundamentales que debe poseer un tutor.

En primer lugar encontramos la empatía, dado que va a funcionar como apoyo moral e intelectual de los alumnos. Debe ser una persona encargada de transmitir valores. Para poder realizar bien la acción tutorial deberá precisar de una escucha activa y objetiva, siendo imparcial en aquellos conflictos que puedan surgir. Por otro lado, debe actualizarse constantemente con los  asuntos educativos de cada momento. Debe ser paciente y consecuente con las necesidades de cada alumno. Deberá ser asertivo, persuasivo Debe ser resolutivo para poder manejar cualquier situación que se le pudiera escapar de la manos. El tutor deberá ser una persona no solo destinada a enseñar sino también a aprender, muy unido a la formación constante, previamente mencionada. Como hemos dicho ya, el docente deberá estar en constante formación y por lo tanto no puede perder las ganas de aprender, pero no solo a través de la formación, sino también de los propios alumnos y de las situaciones que se producen en los centros. Como última característica, se destaca la capacidad de liderazgo, pues será el encargado de controlar el aula.