DE ALUMNO A (CASI) MAESTRO

Buenos días, me llamo Marcos, tengo 23 años y soy Historiador. Actualmente me encuentro realizando el Máster en Profesor de... ¿Qué?¿Que por qué el blog se llama así? Si no parece que tenga ninguna relección con mi campo de estudio. Pues acompáñame en un breve viaje porque mi vida académica y verás como al final se resuelven todas tus dudas.

Mi infancia fue bastante feliz salvo por un ligero detalle, odiaba ir al colegio. No me gustaba tener que ir todas las mañanas a "ese sitio" a pesar de que iba a poder estar con todos mis amigos. Y esto se debía a la profesora/tutora del ciclo de infantil. Esta señora, más cercana a un modelo educativo de los años 50 que de los 2000, y con más de un pie y medio en la jubilación, pegaba e insultaba a sus alumnos, entre los que me incluía. Del resto de mi educación primaria tengo mejores recuerdos, aunque los que más me vienen a la cabeza son tres: no me gustaba la historia, decidí que quería ser profesor aunque no lo tenía muy claro y que de vez en cuanto me regañaban porque no paraba quieto.

Ahora llega el momento clave, el instituto, que fue para mi (y como para casi todos) el punto de inflexión de mi vida. Desde primero de la ESO hasta el último día de Bachillerato me ha acompañado una frase: "Marcos, ¿Por qué no te vas un ratito al pasillo?". Sí, como habrás imaginado me castigaban y bastante. No solo echándome fuera de clase, separándome de mi compañero, mandándome al rincón de pensar, haciéndome repetir las tareas, o dejándome sin recreo. Y os preguntareis ¿Qué hacías para que te castigaran de esa forma? Pues principalmente no callar. No me comportaba mal, ni faltaba el respeto a compañeros ni profesores, simplemente no callaba ni debajo del agua. Además, a esto se sumaba que no era el modelo de alumno para el profesor, ya que no solía estudiar en demasía para los exámenes, y cuando los profesores me daban las notas lo acompañaban con la frase: "Marcos, podrías haber hecho más con las capacidades que tienes". 

Pero lo importante, como pasé de odiar la historia a querer estudiar la carrera. Se juntaron varios factores. El primero, es que tuve un muy buen profesor de historia en cuarto de la ESO que me hizo apreciar más la historia. A esto se unió mi pasión por los videojuegos y descubrir la saga Assassins Creed, en concreto la tercera entrega, centrada en la revolución americana de las trece colonias, tema que más tarde, durante la carrera, descubría que me apasiona. Tras realizar la EBAU y poder elegir un montón de carreras, solo hice una preinscripción en un única carrera, Historia en Salamanca.

Mi paso por la universidad no fue el esperado. No me arrepiento de estudiar historia, pero si de como es la carrera en sí, en cuanto a contenido y organización de la misma. Lo que si agradezco son los 4 años que pasé en Salamanca, una ciudad de la que me enamoré, tanto de su gente, como sobre todo de su fiesta.

Antes casi de empezar la carrera tenía claro que quería ser profesor de secundaria, y es lo que me ha llevado hasta aquí, un año más tarde de lo esperado, ya que el curso anterior, 2021/22, fue prácticamente un año sabático.

Por último, no he tenido ninguna experiencia previa en la docencia, así que para mí va a ser todo una experiencia nueva cuando entre por primera vez en un aula.